jueves, 8 de marzo de 2012

Canto a la Noche. De la serie Duelo Etereo ESP








Noche, femenina de diversos rostros,
femenina de diversos encantos.
Diva que vistes tu blanca piel con sedas de negro azuloso;
te salpicas de brillantina para lucir más bella.
Espía, que violas mi intimidad cuando tus rayos de plata vigilan por mi ventana.
Mujerzuela castigada con el silencio y la oscuridad
por enseñarle tu pálido cuerpo a tu amo el Sol.
Diosa, fuente de inspiración, fuente de oración.
Tu templo es el cielo adormecido y las estrellas te ofrecen a la Luna como reflejo de tu belleza.
Virgen, porque los rayos del astro Rey nunca han tocado tus estrellas.
Madre, porque somos embriones dentro de tu vientre y, en silencio, esperas el amanecer para parir.
Mártir, tus lágrimas parpadeantes brillan para recordarte tu pena.
Sigilosa centinela, caminas de puntillas alrededor de nuestro lecho para velar el sueño.
Desconfiada peregrina, dejas encendida la luz de tus estrellas para no quedarte dormida.
Nodriza, acurrucados en tu regazo nos arrullas con el canto de tu silencio.
Ingenua hechicera, dejas tu mágico polvo estelar a la vista de cualquiera.
Cazadora suicida, acechas nuestras pesadillas sin temor de morir en ellas.
Poetisa, tus versos se dispersan como chispeantes susurros en el cielo.
Amante de la locura, pintaste de negro y azul tus desvaríos.
Noche, femenina de diversos rostros, de diversos encantos,
antigua reliquia de obsidiana, musa deseable por el hombre para un sueño eterno.



1998



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